Labrys Feminismos en la ArgentinaMaria Luisa Femenias ResumenLos trabajos compilados en este dossier son una suerte de mapa de distintos aspectos y corrientes del feminismo en la Argentina. Abarca casi desde sus orígenes hasta el presente. Aunque el panorama es involuntariamente incompleto, no obstante traza una suerte de cartografía de los hitos más relevantes y sus problemas. Hemos querido incorporar estudiosas consagradas y noveles, militantes y teóricas, jóvenes y maduras a efectos de que el dibujo perfilado respondiera mejor a las diferentes circunstancias del país. A los fines de esta presentación, está dividido en tres partes -la Historia, los Temas y las Voces- que por cierto en la lucha vindicatoria estuvieron sin duda entrecruzados.
Los trabajos compilados en este dossier son una suerte de mapa de distintos aspectos y corrientes del feminismo en la Argentina. Abarca desde sus presuntos orígenes hasta el presente, aunque el panorama es involuntariamente incompleto y, a no dudarlo, adolece de omisiones injustas. Sirve sin embargo para trazar una suerte de cartografía de ciertos hitos relevantes de nuestra historia feminista, y también de algunas de las dificultades que enfrentamos. Sin duda, una es la del origen del feminismo en Argentina, y quizá, más propiamente, en los territorios que actualmente constituyen nuestro país. Pero como la noción misma de “origen” ya nos llevaría a consideraciones que exceden las posibilidades de este dossier, bástenos con recordar las aportaciones teóricas de filósofos como Nietzsche o Foucault entorno a la cuestión. Otro problema no menor se vincula con las cronologías vigentes, que proceden de realidades histórico-sociales diversas aunque hegemónicas. Nuestras “olas” feministas responden a ciertos ciclos propios, que a veces poco tienen que ver con los ritmos que suelen dar legitimidad a las periodizaciones internacionales. Siguiendo nuestro pulso situado, la experiencia feminista argentina ha ido –respecto de las clasificaciones canónicas- a la vanguardia o a la zaga; siempre limitada por golpes de estado que retrotrajeron, cancelaron o revirtieron los logros alcanzados en diferentes períodos de nuestra historia. Estas huellas están presentes en varios de los artículos que integran este dossier. Así, buena parte de lo que con iluminista optimismo proclamaron las sufragistas argentinas en su Congreso del Centenario (1910), a cien años de la Declaración de la independencia del Reino de España, aún no se ha cumplido plenamente. Es relevante, sin embargo, advertir que en las últimas décadas se ha instalado una suerte de contracultura feminista, que emerge en dos vertientes: por un lado, una potente resignificación de conceptos y roles tradicionales y, por otro, un conjunto de prácticas novedosas y efectivas. Si, como ha señalado Cèlia Amorós, la retórica ilustrada de la emancipación, de la autonomía, y de otras cosas semejantes, es y sigue siendo en el infinito juegos de resignificaciones una adecuada y eficaz aliada de la lucha de las mujeres, en la Argentina esta maniobra, si bien irregular, ha tenido una incidencia sostenida, como lo mostrarán los trabajos seleccionados. (Amorós, 1996). Estudiosas consagradas y noveles, militantes y teóricas, jóvenes y maduras fueron invitadas a participar, y han dado lo mejor de sí para dibujar este panorama. Igual, por diferentes circunstancias, las/os lectoras/es detectarán ausencias. En primer término, muchas personas y grupos invitados no pudieron sumarse a la tarea por razones personales atendibles. Otros, hicieron todos los esfuerzos posibles, pero situaciones imprevistas les impidieron cumplir con los plazos estipulados, quedando así de hecho excluidas involuntariamente de este dossier. Por tanto, quienes aquí figuran dispusieron no sólo de buena voluntad sino de tiempo suficiente para cumplir con el compromiso asumido. A todos ellos y a las editoras de Labrys mi agradecimiento por el tiempo y la generosidad con que han contribuido a esta tarea. Con todo, no es fácil hacer la hoja de ruta de los artículos que siguen. Para su mejor comprensión, he dividido el dossier en tres grandes apartados. El primero se refiere a aspectos vinculados a la historia del feminismo. Se abre con un artículo de Dora Barrancos sobre la recepción del término “feminismo” en la Argentina, que puede servirnos de ejemplo de lo que denominamos “posiciones de vanguardia”. Sirve además de reconocimiento a los muchos varones que se enrolaron en la causa de las mujeres, colaborando con ellas convencidos de que sus logron edificarían una sociedad más justa. El apartado se cierra con un artículo de María Julia Palacios y Violeta Carrique quienes con minuciosidad desgranan cómo zonas de resistencia al reconocimiento de los derechos de las mujeres y su promoción equitativa siguen activas, aún en sectores que, como la universidad, creeríamos despojados de prejuicios. Este es un claro ejemplo del “ir a la zaga”. Entre ambas contribuciones, el artículo de Mirta Lobato sobre la relación entre el feminismo y el socialismo y su preocupación por la mujer trabajadora bajo el lema “igual salario por igual trabajo” ilumina las actividades feministas de la primera mitad del siglo XX. A continuación, Adriana Valobra muestra cómo el movimiento de mujeres peronistas, liderado por Eva Duarte, logró finalmente que se sancionara la ley de voto femenino al mismo tiempo que invisibilizó las aportaciones de las feministas de las décadas anteriores. El segundo apartado, Problemas remite a entrecruzamientos del feminismo con problemas sociales de diverso tenor pero que repercuten de modo singular en las mujeres. El trabajo de Marta Alanís muestra con claridad y precisión que no hay la tan mentada colisión entre feminismo y fe. No se trata, entonces de “la oposición de la Iglesia” al feminismo y sus reclamos, sino de ciertas líneas dentro de la iglesia que, por cuestiones de poder opacan alternativas igualmente posibles dentro de los parámetros de la fe. Coordinadora de Católicas por el Derecho a Decidir, Alanís muestra cómo ciertos sectores rechazan el libre ejercicio de las mujeres de su libertad de conciencia, su autonomía y, en síntesis, su libre albedrío. Tan álgido y fundamental como el anterior en la agenda feminista es la prostitución. Nacida en el seno de la sociedad patriarcal, como lo muestra Silvia Chejter, suele enfrentársela desde dos posiciones: quienes sostienen la necesidad de despenalizar la prostitución y dar categoría de “trabajadoras del sexo” a quienes la ejercen, en la línea de legislar, reglar, institucionalizar (Osborne, 1991); y quienes consideran que es preciso prohibirla, fortaleciendo los controles a los efectos de que la práctica de la prostitución no se lleve a cabo, castigando a quienes la ejercen y quienes la demandan. Críticamente, Chejter se sitúa en la segunda línea, haciendo en “Protitución ayer y hoy” un rápido recorrido por el Buenos Aires del primer tercio del siglo XX, a fin de evaluar los logros y dificultades de ambas políticas que –como muy señala- siempre estuvieron ambiguamente aplicadas. El entrecruzamiento de sexismo, pobreza y exclusión étnica es abordado por Paula Soza Rossi desde las prácticas alternativas de un equipo universitario de extensión. El descubrimiento de que la exclusión de género atraviesa las clases sociales lleva a este grupo entusiasta de jovenes a explorar y explorarse en cuanto a sesgos sexistas se refiere. En paralelo, descubren el sexismo en el movimiento de desocupados y en sí mismos, concientizándose en la medida en que tratan de concientizar a otros y otras. El trabajo de Claudia Laudano y Teresa Azcárate tiene la riqueza y la frescura de la experiencia vivida en la militancia que, nacida de la convicción, se remonta a épocas anteriores a al inicio mismo de los Encuentros. Los Encuentros nacen de su creatividad y de la de otras mujeres que –como ellas- sienten la necesidad de salir y entrar de laa manifestaciones, de la academia, de los barrios, del arte, de la plaza pública, compartiendo una suerte de constante resignificación feminista. La última sección, Voces, está conformado por un conjunto de artículos sobre el impacto que se opera cuando las mujeres toman la palabra, sea oral, escrita o visual. Los trabajos de Adriana Boria y de José Amícola muestran la búsqueda identitaria de mujeres que, no sólo se apropiaron de la palabra escrita, sino que le imprimieron un sello de género autobiográfico. En “Estrategias identitarias en la narrativa de Córdoba”, Boria, y en su examen sobre la Autobiografía femenina, Amícola, despliegan las estrategias empleadas por las mujeres para singularizar(se en) su obra y hacer del discurso íntimo una dimensión pública, a la par que una suerte de zona de refugio. Refugio de la aceleración postmoderna hacia una situación tradicionalmente conocida (Bojo); refugio de la censura y de los mandatos sociales (Ocampo), en ambos casos una construcción de sí frente al texto para enfrentar el mundo. En “La toma de la palabra”, Nora Domínguez aborda el tema de las Madres. Término que acuñado en mayúsculas remite a aquellas mujeres que en los días más oscuros de la última dictadura sometieron a cumplimiento exacerbado su propio papel de madres, generando lo que a veces se ha denominado un giro trópico (Femenías, 1999: 122-3) que -como bien señala Domínguez- constituyó la visibilización crítica de la naturalización de un rol prescripto y encorsetado dentro de un modelo patriarcal-autoritario. Es precisamente este amor apelado desde los discursos y la televisión -¿sabe Ud. dónde está su hijo en este momento, señora? (Laudano: 1995: 92)- el que precipita las prácticas que darán lugar a la resignificación revulsiva del rol. Así, las Madres, en tanto sujetos morales autónomos, generaron un espacio legítimo de reclamos: una derivación indeseada y crítica del mandato. Por último, el artículo de Clara Kushnir muestra cómo la palabra visual, en manos de las mujeres, indaga, denuncia y educa. El cine penetra masivamente en la cultura y atraviesa las clases sociales, rompe los estereotipos, muestra alternativas, insta al examen y a la contrastación con las propias situaciones. Kushnir muestra cómo aún los “héroes mecánicos” hacen su contribución al respecto. Mucho más aún, el cine de mujeres que, como María Luisa Bemberg, encarnan por su condición de feministas y de creadoras el desafío de la mirada de mujer que se niega a ser objeto; que devuelve al espectador imágenes de zonas desconocidas a la mirada estereotipada o patriarcal.
Bibliografia: -Amorós, C. (1996) “Revolución Francesa y Crisis de Legitimidad Patriarcal” Hiparquía, X. Buenos Aires, AAMEF. -Osborne, R. (1991) Las prostitutas: una voz propia, Barcelona, Icaria. Femenías, M.L.(1999), “Igualdad y diferencia en democracia: una síntesis posible”Anales de la Cátedra Francisco Suárez, n* 33. Universidad de Granada, pp. 109-132. ---. (2002) “Tres escenas del feminismo argentino” en Femenías, M.L. (Ed.) Perfiles del feminismo iberoamericano, Buenos Aires, Catálogos. -Laudano, C.N. (1995), Las mujeres en los discursos militares, La Plata, Editorial de la Universidad. nota biográfica: María Luisa Femenías, Doctora en Filosofía. Profesora del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de La Plata y ex-directora de la Carrera de Filosofía en esa Universidad. Investigadora, dirige y participa de proyecto nacionales e internacionales. Tiene numerosas publicaciones en cuestiones de filosofía clásica y en filosofía de género. Sobre esta área, ha publicado: Inferioridad y Exclusión (1996), Sobre sujeto y género (2000), Judith Butler: una introducción a su lectura (2003) y su versión abreviada, Judith Butler (1956), Madrid, del Orto. 2003. Ha compilado, en colaboración, Mujeres y Filosofía (1994 dos volúmenes). Actualmente está editando Perfiles del Pensamiento Iberoamericano, del que ya ha publicado los vol. I (2002) y II (2005), encontrándose en preparación el vol. III. Tradujo al castellano El contrato sexual de Carole Pateman (1996) y numerosos artículos. Entre los años 2001-2005 ha sido editora responsable de la Revista de Filosofía y Teoría Política de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata. Es co-editoria de la revista Mora de la Universidad de Buenos Aires desde su fundación.
Labrys |